domingo, 20 de enero de 2008

para la persona que amo.... del otro lado del monitor



se que esto puede estar algo fuera de contexto, o todo lo contrario? Pues el amor es el ingrediente fundamental de mis historias y ¿porque no? de mi vida misma.


es como un motorcito que echa a andar todo el mecanismo que trabaja dentro de nosotros mismos.


Una constante en mis historias, en especial la de Gröetl, es el constante cuestionamiento de la existencia del amor mismo, y el de encontrar a esa persona especial para quien fuimos hechos y viceversa.


¿Acaso no hay nada peor que estar lejos de la persona a quien amas? y no solo eso, sino que esta más cerca de lo que crees físicamente pero su ser pareciera que estuviera en otra dimensión.


aveces hay circunstancias ajenas a nosotros que hacen que nos separen de nuestro ser amado, y uno tan impotente, tan alejado, sin poder hacer nada.... tantas cosas que decir, tanto por hacer,... y nada mas que estar del otro lado de una pantalla de plasma con nada mas que letras en un fondo blanco, que forman palabras, frases,... tan frío tan artificial como hablar con un horno de microondas o un reproductor de música, y es peor aún la sensación de saber que del otro lado de ese espejo, del otro lado de la pantalla fría e inherte se encuentra la persona a quien hemos extrañado tanto y a la que tenemos tantas cosas que decirle; cosas que no se pueden teclear en ese espacio en blanco.


con unas ganas inhevitables de romper la pantalla y salir del otro lado del monitor; pero no, eso es imposible. Por mas tecnología que exista es imposible reemplazar el calor y la convivencia humana, y más si se trata de un ser amado. A no ser que se trate de un refugiado de guerra, un exiliado en un país a miles de kilómetros de aquí; si, lo se, se que aunque esa persona este ahi, del otro lado del monitor escribiendo palabras frías, su corazón y su ser están a miles de años luz de aquí, en otra dimensión quizás, o en otro tiempo.


¿que debo hacer para romper la barrera del tiempo? para romper esa pantalla dura y fría y ver su rostro y poder tocar su mano, escuchar su voz...


Lo consultaré con la almohada, talvez, en mis sueños si pueda verlo aunque sea un momento, y no leerlo en el frío ordenador.

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